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Desde su venta en enero del 2014 Denuncian degradación total de La Nación privatizada

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Los trabajadores de La Nación privatizada en enero de 2014, junto a ex trabajadores de La Nación de propiedad del Estado, denunciamos la degradación total del medio fundado por Eliodoro Yáñez en 1917, parte del patrimonio Nacional

La Nación Cumplía 100 años el 14 de enero de este año. Su dueño privado, Luis Novoa Miranda, a través de Comunicaciones Lanet S.A., degrada diariamente a este medio, su historia como patrimonio nacional, su capital económico, el ejercicio periodístico y la libertad de expresión en su Interior. Con impunidad, una vez durante los más de tres años administrándolo, ha  dilapidado lo que adquirieron en 2014 en apenas 300 millones de pesos.

Han destruido su patrimonio: sistema de administración digital, archivos digitales, artículos periodísticos de gran valor, las ediciones digitales desde el 2001, fotos y documentos parte del retrato y relato de Chile del último siglo. Ni los que vendieron ni los que compraron La Nación sabían el valor de lo transado.

Todo se ha perdido en innumerables ineficiencias, errores y falta de comprensión de lo que administran. Busque cualquier nota periodística anterior al 2017 en www.lanacion.cl ¡y no lo encontrarán!. Terminaron con todo y no les importa.

Capítulo aparte es la pérdida del archivo histórico de La Nación, vendido en el año 2013, sin licitación transparente en irrisorios 120.00 dólares (aproximadamente 60 millones de pesos de ese año) a la Universidad Diego Portales, como parte del proceso de desmembramiento del diario iniciado en el 2010 con el cierre de la edición del papel en diciembre de ese año. La UDP realiza un trabajo de conservación y digitalización del archivo, calibrando su valor, sin embargo, ese valor sólo beneficia a una entidad privada, excluyendo a la ciudadanía como es el deber de un valor público, declarado patrimonio nacional. No hay acceso a público y lucran cobrando a investigadores, documentalistas y cineastas cuando lo han requerido.

En el momento de su venta, el periódico se autofinanciaba y exhibía un importante flujo de visitas en el contexto on line de la época, más de un millón de visitantes mensuales y contaba con el reconocimiento de la audiencia y la ciudadanía por su aporte al pluralismo y el intento permanente de abordar temas no incluidos en la agenda nacional de medios privados. Fue el mismo presidente Sebastián Piñera, que tras años de empeñarse en cerrar el medio, admitía públicamente en septiembre de 2012 en la cena anual de la Asociación Nacional de Prensa (ANP) que «el diario de propiedad de todos los chilenos, La Nación, deja de ser un diario al servicio del gobierno de turno y de propaganda gubernativa y se ha transformado en un diario al servicio de todos los chilenos».

La garantía de mantener la línea editorial pluralista comprometía al equipo periodístico responsable de las cifras sostenía el financiamiento y el 90% de los profesionales continúa con el nuevo dueño, a pesar de la disminución de sus ingresos en más de un 30%. A los pocos meses se evidencia la falta de competencias para administrar un medio de comunicación, la inexistencia de proyecto editorial y la falta de apoyo a las labores propias del periodismo, mermando paulatinamente los resultados. En septiembre de 2014 son despedidos los primeros profesionales al fragor de la creación de un nuevo sindicato. Continúan las restricciones sumadas a una errática política comercial y editorial, constatada por la primera negociación colectiva con Comunicaciones Lanet S.A.

En abril de 2016 fueron despedidos 7 profesionales, incluyendo el director de prensa de ese momento. En medio de un vacío editorial, emergieron funcionarios de distintos roles administrativos dando órdenes. Varias semanas después nombraron como nueva directora a Patricia Schüller, parte del equipo de La Nación pública. Un bálsamo entre decisiones erráticas. Duró poco.

Administrativamente, entra y sale gente con roles extraños, muchos de los cuales el equipo de redacción no alcanza a conocer. En varios casos, después de convivir con ellos, se advierte que son familiares, amigos o parte de sociedades relacionadas al dueño.

El arribo de Roger Matthei

Desde mediados del 2016 se planea conmemoras los 100 años del diario y se encarga el rediseño de la plataforma www.lanacion.cl, incluido el cambio de su sistema de administración, pasar desde Prontus a WordPress, traspaso que auguraba la pérdida de la memoria digital de todos los contenidos del diario. Así fue.

A fines de 2016 aparece la figura de Roger Matthei sin saber su función. Primero se lo ve organizando la postergada celebración de los 100 años de La Nación, que se lleva a cabo el 22 de marzo de 2017 en un millonario evento social en el Club de La Unión de Santiago, al que  fueron invitadas autoridades y la elite del país. Celebración ostentosa, alejada de la historia del diario y su contribución periodística, incongruente con la situación de restricción financiera declarada por su dueño experimentada diariamente por el área periodística.

En la conmemoración de los 100 años del diario irrumpe como relator central del evento Roger Matthei, abogado y socio de Luis Novoa, presentado como el nuevo CEO de la empresa con 7 profesionales. Unas semanas después, trascendía que se habían producido cambios en la sociedad de comunicaciones Lanet S.A., ahora con un directorio conformado por Luis Novoa, Roger Matthei y el ingeniero comercial Mario Villa, quien fue gerente de administración de la Empresa  Periodística La Nación S.A.

Desde ese momento, el CEO Roger Matthei, da órdenes a la redacción, exige nuevas coberturas periodísticas a eventos sociales, marcas, fundaciones socios, amigos, familiares propios y del ex presidente Piñera con nula rigurosidad y comprensión del medio periodístico. Informa que los periodistas se deben «poner la camiseta del diario» para sacarlo adelante y anuncia la obligación de usar polera con la imagen corporativa y solicita las tallas de los periodistas para el nuevo informe. Las pautas ahora son publicitarias, tales como el «Lanzamiento de la nueva imagen corporativa de Quesos Matthei, la entrevista del centenario sacerdote Bernardino Piñera o la cobertura  a «Así fue la tarde de picnic en el Parque Bicentenario del London School of Economics.

Maltrato y falta de respeto con el trabajo de los profesionales, duplicidad de cardos con empresas externas y órdenes erráticas son apenas una muestra del absurdo en que se ha convertido La Nación hoy.

El pasado 20 de mayo fue despedida la directora Patricia Schüller, sin explicación previa, aduciendo «necesidades de la empresa». Hoy sólo permanecen tres periodistas del antiguo equipo, dos de ellos con fuero. El 29 de mayo asume como nuevo director el periodista Andrés Chamorro, aparentemente a cargo de formar un nuevo equipo y cambiar las condiciones laborales acordadas.

Denunciamos el deterioro total de La Nación, parte del patrimonio inmaterial del país, destruido y degradado en múltiples administraciones que tienen como corolario el absurdo de un propietario privado jugando a hacer un medio de comunicación con pérdidas millonarias y visitas que no superan las doscientas diarias. ¿Con qué intención se mantiene La Nación?

Ricardo Pérez

Presidente

Sindicado de Trabajadores  de Comunicaciones Lanet S.A.

Cel. 569 84089613

 

Nancy Arancibia

Ex presidenta.

Sindicato Área Periodística La Nación

Cel. 56 9 97434611

 

 

 

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